“La meditación no es un método hindú, no es una mera técnica, no puedes aprenderla. Es un crecimiento: un crecimiento de tu vivencia total, el resultado de vivir plenamente. La meditación no es algo que se pueda agregar a tu persona. No puede serte agregada; tan solo puede llegarte a través de una transformación básica, de una mutación. Es un florecimiento, un crecimiento. El crecimiento siempre es un todo, y no un agregado. Al igual que el amor, la meditación no puede serte agregada. Crece de ti, de tu totalidad. Tú debes crecer hacia la meditación” (Osho)
Ciertamente el día de hoy la “practica” de la meditación como una tecnica esta aportando a un modo de vivir mas asentado, sereno y profundo; pero cuando solo es centrada a unos espacios especiales de la vida, limitamos demasiado su poder.
Asi como una buena respiracion, armonizada con el pensamiento es capaz de “anclar” a la vida cotidiana aquellos pensamientos que se respiran, al inhalar y exhalar la meta de la practica de la meditacion deberia apuntar a llegar a un ”estado“ meditativo, a un modo de vida en el que finalmente dejamos brotar nuestra esencia de “testigos”, observadores y pastores de la existencia, del alma, del mundo, de su energía y poder.
Respira, observa, siente... como un testigo, un buda del crecer de tu germen vital.
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