EL Reiki, como la conciencia meditada que la existencia se mueve en nosotros como la energía vital que sana, nutre y fortalece nuestra vida. Pero tenemos la certeza de que solo alcanza su plenitud cuando se transforma en un camino integro de vida. Muchas veces puede ser considerado solo como una cura. Y es cierto, el poder de la energía, canalizada a través de nuestras manos cura y sana, pero tiene para mucho mas!
Por ello nos gusta ponerlo en estrecha relación con el cuidado del alma. Como un camino, en el que la salud es leída desde lo mas profundo de nuestro ser, desde el alma...
En esta linea me ha iluminado mucho el Psicólogo Thomas Moore, a quien cito de su libro "El cudidado del alma" en los textos entrecomillados que siguen.
"Una diferencia importante entre cuidado y cura es que esta última palabra implica el final de la pesadumbre o de la aflicción. Si estás curado, ya no tienes que seguir preocupandote por lo que te molestaba.
Pero el cuidado tiene un sentido de atención que se mantiene. En él no hay final"
En este camino, aprovechando la fuerza dinamizadora de la energía queremos observar, atender y escuchar nuestra alma, en lo mas profundo y en su manera de expresarse... el cuidado del alma, mucho mas que a la terapia tradicional y académica se parece a la alquimia, es un arte y se expresa en imágenes poéticas. Como lo comenta Thomas Moore,
"... la mitología, las bellas artes, todas las religiones del mundo y los sueños nos proporcionan imágenes inapreciables por cuya mediación se revelan y se contienen, simultaneamente, los misterios del alma... es necesario tener amplitud de visión para saber que en el corazón dcada ser humano se alojan un trozo del cielo y un fragmento de la tierra, y que si vamos a cuidar de ese corazón tendremos que conocer tanto el cielo y la tierra como el comporatmiento humano".
Este es el camino que emprendemos, la experiencia de años de acompañamiento pastoral acompañando personas y grupos en su cuidado del alma, las luces de la teología cristiana, los saberes y prácticas de las tradiciones orientales hacia la salud y la iluminación nos guiaran en esta opción decidida por la salud y la vida . Avanzamos siempre más a la conciencia de que, parafraseando un dicho de Eduardo Galeano: cada uno, cada una, somos la vida, y eso debería bastarnos.
Paracelso, medico del renacimiento nos guía en esa visión de la salud como fruto de la comunión con la naturaleza:
"Si el médico entiende las cosas exactamente y reconoce todas las enfermedades en el macrocosmos externo al hombre, y si tiene una idea clara del hombre y su naturaleza entera, entonces y solo entonces es médico. Entonces puede aproximarse al interior del hombre..."
Desde la armonía de cuerpo, mente y respiración abriremos cada vez mas ese espacio intimo y profundo de cuidado del alma... que es cuidar de ella y dejarnos cuidar por ella.
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